Cuatro meses han pasado ya desde que Andrián abandonó la nave cenicera debido a los cambios estructurales llevados a cabo en la empresa por la crisis. El madrileño no ha abandonado Cuenca y mucho menos Molinos de Papel, lugar en el que convive sin televisión, con bañitos diarios en el río Huécar y apenas 20 vecinos. Todavía le queda un año de paro y en la nueva vida del que fuera pilar básico junto a Manolillo en los comienzos de la nueva era técnica de CMT, fluye la tranquilidad, el silencio y el aire que ha veces tanta falta hace.
Deja un legado inmenso (VÍDEO)
AMPLIAR FOTO Olona se jubila tras casi 40 años como técnico de sonido en RNE Cuenca Llegó siendo un crío al actual edificio de Radio Nacional en 1987, cuando Cuenca era la sede central de RTVE en Castilla-La Mancha y este jueves 6 de noviembre ponía punto y final a...







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