Cuatro meses han pasado ya desde que Andrián abandonó la nave cenicera debido a los cambios estructurales llevados a cabo en la empresa por la crisis. El madrileño no ha abandonado Cuenca y mucho menos Molinos de Papel, lugar en el que convive sin televisión, con bañitos diarios en el río Huécar y apenas 20 vecinos. Todavía le queda un año de paro y en la nueva vida del que fuera pilar básico junto a Manolillo en los comienzos de la nueva era técnica de CMT, fluye la tranquilidad, el silencio y el aire que ha veces tanta falta hace.
Conquistando en el cierre del Hospital
AMPLIAR FOTO Una historia que marcó el final de una era con el "apagón" definitivo del Virgen de la Luz Los últimos prensa peoples que pisaron el interior del Hospital Vírgen de la Luz en Cuenca fueron testigos silenciosos del último apagón de luces y traslado de los...







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