Gérman Esence pone fin a su experiencia cenicerocementera dos años y dos meses después de haber aterrizado en tierras conquenses procedente de Valencia. Y es que el operador de cámara de 27 años vuelve a su ciudad natal para empezar de cero en una nueva vida que consideraba ya necesaria.
Gérman animó todos y cada uno de los actos que pisó, tanto a los compis prensa peoples como a políticos o protagonistas de las historias informativas. Su continuo ímpetu y alegría contagió a todos los que alguna vez coincidieron con él.
Sin duda un gran vacío y una gran persona la que nos deja.
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